Una buena gobernanza del mercado del carbono

24 de junio de 2021

Gobernar los mercados de créditos de compensación de carbono es un asunto delicado. En la fase inicial, los compradores de créditos (normalmente empresas) intentan utilizar el mercado para evitar las reducciones de carbono en casa. A continuación, los gobiernos intentan obtener rentas excesivas de la venta de créditos. En la fase intermedia, los agentes y financieros intermedian el intercambio entre compradores y vendedores con valores y derivados del mercado de carbono cada vez más complejos. Por si fuera poco, esta dinámica se desarrolla en diversos ámbitos institucionales, desde Estados soberanos hasta administraciones de tratados internacionales (por ejemplo, el famoso artículo 6).

La presión es alta, porque se espera mucho de la gobernanza. Los mercados de carbono son sistemas dinámicos y complejos con resultados impredecibles y emergentes. Quienes intentan imponer el orden mediante un diseño de arriba abajo se topan muy pronto con la cruda realidad de unas consecuencias imprevisibles. La única forma de conseguir que los mercados de carbono funcionen es dejar que evolucionen en función de una retroalimentación constante, una transparencia transaccional total y una consideración constante de todo el sistema, de arriba abajo. Esta es, por supuesto, la esencia de la gobernanza adaptativa moderna.

Con la COP 26 a la vuelta de la esquina este otoño, se están llevando a cabo una serie de esfuerzos de diseño de mercados voluntarios de carbono (presumiblemente con la expectativa de que abran el camino para los mercados de cumplimiento en el futuro), incluyendo el Grupo de Trabajo para la Ampliación de los Mercados Voluntarios de Carbono (TSVCM) y la Iniciativa de Integridad de los Mercados Voluntarios de Carbono (VCMI). Ambas iniciativas han recurrido a amplias actividades de divulgación y consulta a expertos, y se centran en la integridad de los créditos de carbono voluntarios y la eficiencia de los mercados en los que se negocian.

NatureFinance (anteriormente conocida como Finance for Biodiversity (F4B)) y Carbon Advisors están trabajando estrechamente con los directivos de TSVCM para garantizar que la gobernanza de los mercados previstos se adecue a su finalidad pública, es decir, la reducción de las emisiones de carbono.

El esfuerzo se guía por tres principios:

Contabilidad abierta (o transparencia a nivel de transacción): cada transacción, en tiempo real y de forma digital, es totalmente transparente para todos, incluidos todos los detalles de la operación, la base de referencia del proyecto y la prueba de adicionalidad, las contrapartes, los beneficiarios finales, los acuerdos de reparto de beneficios, etc. En el mundo posterior a 2008, la transparencia de las transacciones se ha convertido en la mejor práctica en muchos mercados privados (por ejemplo, los valores hipotecarios). En los mercados de carbono con mandato/propósito público, son una de las piedras angulares de la confianza y la adaptación constante, especialmente en lugares con una capacidad reguladora nacional subdesarrollada. Recompensa a quienes actúan de buena fe y desalienta a quienes no lo hacen, y proporciona una base sólida para una rendición de cuentas real y democratizada (véase más adelante).

Gobernanza abierta (o mecanismo estratégico de reclamación): cualquier parte afectada por una transacción real puede presentar una reclamación que es visible en el momento de su presentación, está vinculada a la transacción específica y señalada como tal, se gestiona por separado del ejecutivo de la iniciativa/mercado y se transmite directamente al Consejo para su examen y supervisión estratégicos.

Practicados actualmente por muchas organizaciones multilaterales, los sistemas de reclamación crean un sistema abierto que garantiza que los órganos rectores reciban las reclamaciones a nivel de transacción y sean informados al respecto. La iniciativa y sus transacciones se señalan públicamente cuando se han producido reclamaciones y están pendientes. Esto ayuda a evitar que el desbloqueo y los intereses creados socaven la calidad de la gobernanza.

Supervisión sistémica: los gobernantes deben tener una supervisión "en la sombra" de los aspectos críticos "upstream" (compradores) y "downstream" (vendedores) de los que depende el éxito del mercado. La experiencia y los intereses de los proveedores, compradores y creadores de mercado de créditos de carbono deben estar representados equitativamente, así como los de las comunidades y la jurisdicción potencialmente afectadas. La atención debe centrarse directamente en el buen fin público del MCV, incluso a costa de incomodar a los titulares. La experiencia del Consejo debe ir más allá de lo funcional y académico e incluir también la experiencia en gobernanza y el conocimiento geográfico/contextual; deben incluirse nuevas voces.

En conjunto, estas tres propuestas desplazan los acuerdos de gobernanza previstos hacia un enfoque más dinámico y distribuido que puede responder con mayor rapidez a las consecuencias imprevistas tanto específicas como estratégicas y, por tanto, también a las oportunidades de mejora del rendimiento.

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