Las finanzas mundiales configuran el sistema alimentario, y las decisiones de financiación públicas y privadas determinan el impacto del sistema alimentario en las personas y el planeta.
El sistema alimentario mundial actual -valorado en 8 billones de dólares al año y que representa casi el 10% de la economía mundial- es fundamentalmente inviable por su contribución al cambio climático, la destrucción de la biodiversidad, la inestabilidad de los precios y la seguridad alimentaria, y la provisión de empleos de baja calidad y mal pagados.
De hecho, se calcula que estas repercusiones negativas no remuneradas tienen un valor de 12 billones de dólares mucho más que el valor económico anual de los sistemas alimentarios.